
Al escuchar el nombre de Mathew Vaughn como director de la pelicula me permití la oportunidad de darle una esperanza de ver revitalizados a los mutantes dejados tan mal en las olvidables X-Men: Last Stand y X-Men Origins: Wolverine... y así fue.
A pesar que la película se ubica principalmente en los años 60´s, es un placer visual el diseño de la misma y lo dinámico de su desarrollo (ni me di cuenta que fueron un poco mas de 2 hrs). La historia escrita en parte por Ashley Miller, Zack Stentz, Mathew Vaughn y con aportaciones del mismisimo Brian Synger, se desenvuelve muy bien, presentando al inicio una secuencia igual al de X-Men (2000), pero resolviéndonos la incógnita de que sucedió con aquel niño judío llamado Erik (Fassbender) que puede doblar rejas a distancia. Es cruel la forma en la que es tratado fomentándole el odio como detonante de sus poderes, los cuales se presentan en su esplendor al presenciar el asesinato de su madre a sangre fría por parte de Schmidt (Bacon). En forma simultánea vemos una pequeñisima parte de la niñez de Charles Xavier (McAvoy), en donde se observa claramente la dualidad de ambos personajes y al mismo tiempo la similitud de saberse diferentes.


En sí la película esta muy bien llevada, con un guión que deja contentos tanto al público en general como a aquellos comiqueros que encontrarán guiños a los comics de los X-men, a lo largo de toda ella. Synger demuestra que lo suyo lo suyo son los mutantes y no el superhéroe boy scout con capa roja. Por su parte Vaughn confirma que sabe contar historias y se convierte en uno de mis directores favoritos. Y como se menciona en post anterior... x-fans, olvidense de la continuidad, ya que hay algunas contradicciones muy evidentes, y mejor disfruten una película que según mi punto de vista es lo mejor de Marvel hasta este momento.
Por cierto... alguien vió a Stan Lee???
Hasta...