noviembre 22, 2007

LA HISTORIA DEL COMIC MEXICANO PARTE 2



La historieta del recuerdo.

El cómic mexicano en especie en extinción?



Hola Marvelites, esta ocasion dedicaremos este blog a la historia del comic en nuestro pais esta es su segunda y ultima parte.



A la TV
Las telenovelas pronto desplazaron a los eternos melodramas de Lágrimas y risas, incluso, varias historias de este cómic se convirtieron en exitosos dramas televisados como María Isabel, Yesenia, Rubí, Gabriel y Gabriela y El pecado de Oyuki, entre otros argumentos de Yolanda Vargas Dulché. También la cinematografía retomó los argumentos de la historieta en cuestión y perpetró varios largometrajes que tal vez se encuentren en el álbum de la ignominia y el humor involuntario.



Los analfabetas que encontraban en los dibujos y los diálogos mínimos de la historieta un paraíso, pronto cayeron en manos de la barra programática producida y transmitida por Televisa. Los tirajes de las historietas antes exitosas bajaban cada día más y muchos títulos tuvieron que desaparecer ante una crisis interminable. La televisión estaba lista para asumir el mando del entretenimiento. Si bien existían programas memorables como Ensalada de locos o Los polivoces, los mexicanos aguantaron con verdadero estoicismo las lágrimas de cartón de algunos "artistas" que se vieron encumbrados con las telenovelas. Thelma Camacho, historiadora de la UNAM, habla de la crisis de la historieta: "En sus inicios, la historieta era un medio que no tenía la competencia de la tele, eran sólo el radio y la historieta, y ahora la mayor parte del tiempo libre se dedica a la televisión, además la gente lee muy poco. Por otro lado, hubo una época en la que la historieta estuvo buscando no dirigirse al pueblo sino a las clases medias; creo que en el momento que buscó a las clases medias perdió a sus lectores".


Durante los años 70 no se documenta el nacimiento de una historieta que haya dejado profunda huella. Lágrimas y risas, La familia Burrón, Kalimán y Chanoc sobrevivían con bajos tirajes, eran seguidos por los lectores aferrados y cada día disminuía el número de compradores de esas revistas. El hábito de comprar cada semana la historieta pronto quedó en el olvido, el ejemplar que pasaba por las manos de todos los habitantes de cualquier vivienda era ya una leyenda. El carácter directo y superfluo de la televisión atrapó a las mayorías, ya no era necesario gastarse la vista con dibujitos y diálogos en los globitos.



Hacia 1980, un grupo de creativos se dio a la tarea de darle forma a un personaje forzudo, mañoso, de buen corazón y mirada gandalla, se trataba de El Pantera, una especie de justiciero con pinta de judicial, un James Bond muy capitalino. Su mayor tiraje fue de 600 mil ejemplares y actualmente sólo salen a la venta 38 mil. Esto pareció ser el renacimiento de la historieta pero todo quedó en un buen intento.


Durante los últimos 20 años, México ha registrado un franco descenso en el índice de compradores de publicaciones, y por ende de lectores. Todavía, hasta la década de los 70, un significativo segmento de la población dedicaba parte del día a las lecturas que iban del periódico a las revistas; de las novelas a las historietas. En esos años, 44% de la población leía una historieta a la semana y con el paso de los años, la cifra se derrumbó y el consumo de las revistas cayó bajo las miradas incrédulas de historietistas y editores.



En esos tiempos de crisis, que todavía no llegan a su fin, en los puestos aparecieron El libro vaquero y El libro semanal. El primero era una suerte de recreación del viejo Oeste con nombres gringos, mujeres fatales y argumentos inverosímiles. El segundo se centraba en las historias de amor y desamor, traición y abandono, todo un paisaje de pasiones humanas, pero al final el bien salía triunfante.



El desgaste de la historieta dejó prácticamente en la calle a muchos. Los argumentistas y los dibujantes eran empleados para matizar y dar una visión más mexicana a los cómics estadounidenses que eran reciclados en nuestro país. Don Sixto Valencia Burgos, creador del dibujo de Memín, tiene su visión de qué pasó con el correr de los años: "Actualmente, la historieta mexicana está perdida un poco porque a la gente ya no le llama mucho la atención leerlas, han bajado muchísimo en cuestión de ventas. Esto se debe a que la televisión es gratuita y que absorbe demasiado; la gente como que es floja para leer".



En los años recientes se ha desatado un furor de historietas plagadas de aventuras de choferes, galanes y, sobre todo, de mujeres con voluptuosos cuerpos en busca de relaciones sexuales con todo aquel que se los proponga. El especial de choferes, traileros, luchadores y demás, son las nuevas joyas de una corriente de historias que en ocasiones rayan en la pornografía. A la menor provocación se dan los albures y las historias truculentas. Don Rubén Lara, creador de Fantomas, se refiere a los nuevos tiempos: "Ahora las revistas se han ido por el lado de la pornografía y eso ha hecho que se pierda el respeto y el interés por esas revistas que están siempre al alcance de la familia, esa era la gran ventaja de que uno podía traer estas revistas a casa. El Chamaco, El Pepín y todas las demás, mínimo cada revista era leída por cuatro o cinco personas".



De acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), en 1996 existían 32 diferentes títulos de historietas, fotonovelas y cómics, y para 1997, los títulos llegaron a 74, sin embargo, los tirajes totales bajaron de 61.1 millones en 1996 a 23.8 millones un año después.



Cambio de rumbo
Gonzalo Araico, presidente de la Caniem, da mayores detalles sobre la crisis de la historieta: "El declive en el caso de la historieta tiene que ver más con la moda. Recuerdo que las fotonovelas fueron muy exitosas en su momento y ahora ya no circulan, esto tiene que ver con la cultura y con el uso de publicaciones, tienen su ciclo de vida. En el caso de Japón circulan muchísimo los mangas, son exitosas y se publican por millones; creo que Japón tiene un alto nivel cultural y al mismo tiempo, un elevado índice de ventas. Para que en México se pongan de moda se tendrían que modernizar. Actualmente circulan casi tres mil títulos de historietas a nivel nacional, pero de esos, 60% son de importación".



La investigadora de la UNAM María Eugenia Chellet también pone algo muy en claro, la urgencia de que los argumentistas, dibujantes y editoriales se ajusten a los nuevos tiempos: "Creo que la historieta en México tiene que cambiar, los editores tienen que reelaborar sus productos y darse cuenta que no pueden darle a la gente lo mismo que le dieron durante 40 años, el público permaneció constante desde los años 30 hasta los 80, pero ya en los 90 hubo un quiebre de estas industrias, se empezaron a retirar del mercado series y series y series".




Además de las andanzas seudo eróticas que cada vez pululan más en los puestos de periódicos, se dieron las reediciones de Memín Pinguín, Lágrimas y risas, La familia Burrón y Kalimán, pero sus argumentos resultan claramente desfasados en una sociedad en franca evolución, bombardeada por publicidad, medios de comunicación, política, y cada vez más ligada a las herramientas electrónicas, con menos interés en adentrarse en la vida de personajes de buen corazón y preocupaciones familiares.



La otra competencia
Para cerrar el círculo en torno a la infausta crisis de la historieta mexicana, hay que hablar del llamado manga japonés. En los años recientes las historietas venidas del lejano oriente se han convertido en la gran sensación entre el público. Las gestas heroicas de personajes de grandes ojos, piernas largas y mirada cuasi inocente han encandilado a niños y jóvenes. El negocio que arrastra el manga japonés es redondo. A la par de la historieta, surgen las tarjetas de los personajes, juegos para las tarjetas, cd rooms, posters, calcomanías, videojuegos y en algunos casos el personaje con articulaciones. Además, la televisión es la gran aliada en este negocio pues transmite decenas de caricaturas plagadas de héroes que se transforman en todo y juegan a la filosofía oriental.



La historieta japonesa es otro gran contrincante para los creadores nacionales, pues ni las aventuras de los superhéroes estadounidenses opacan el fulgor de los personajes nipones. Aunque valga reconocer que los dibujos de Japón tienen su valor artístico, también existen los puntos radicales cuando el manga se transforma en "ninfetas" deseosas de carne y los guerreros salpican de sangre a la búsqueda de saciar el calor interno de las heroínas de ojos grandes y piernas interminables. El papel es de muy alta calidad para permitir una excelente impresión de las tintas a color casi de calidad fotográfica, mientras que la creación de los personajes, dibujos, tirajes, costos y distribución, también son factores que dejan al resto de los cómics sin posibilidad de competir.



Voces del inframundo
Si bien el panorama es un tanto desolador para la historieta mexicana clásica, existen expresiones subterráneas, sustentadas en un trabajo casi artesanal y sobre todo con una visión más abierta y apegada a los nuevos tiempos que vivimos. A fines de los 80 hizo acto de presencia Karmatrón y los transformables, una historieta influenciada por la ciencia ficción, los robots y un aire místico donde el "kundalini", una especie de energía interna, era el motor del mundo. Por otra parte, en Monterrey, en 1994, se generó un leve renacimiento de la historieta nacional. Dibujantes y argumentistas de esa ciudad pusieron manos a la obra para darle forma a Ultrapato, un cómic donde un pato adquiría superpoderes por vía de unos guantes de origen extraterrestre, su gran enemigo era otro superpoderoso; el mundo de Ultrapato estaba plagado de animales antropomorfos.



Bajo el aura de Ultrapato, nació un estudio dedicado a darle un nuevo rostro a la historieta mexicana. Con el nombre de Cygnus, un grupo de creativos escribía y dibujaba las nuevas andanzas de Ultrapato y de Valiants, una variación de la primera , un poco más adelante salió Lugo, un vampiro en busca de expiar culpas de muchas vidas anteriores. Al tiempo, en Guadalajara se puso en circulación Xiuhcoatl, la serpiente de fuego, una saga donde se enfrentaban superhéroes, antiguos dioses aztecas y policías de mal talante, el encargado de esta historieta fue el Estudio Entropía. Como una muestra del trabajo artesanal podemos situar a Cerdotado, una suerte de Superman con carnes abundantes y nariz chata, todo esto creado por la editorial Psycomix.

Como corolario a una historia que se niega a morir, las palabras de Rubén Lara: "Creo que en los próximos años la historieta no va a desaparecer, se puede mantener, lo que sí creo es que ya no tenemos la historieta como la conocemos. El mercado está abierto para la historieta de calidad porque ahora tenemos que esforzarnos por hacer una revista que compita con el mercado, que cada vez es mejor, yo veo que Marvel y los japoneses tienen muchas de calidad, y si nosotros no logramos ponernos a la altura de ese trabajo, no va funcionar; quedarán sólo los que logren la calidad".



Antecedentes de la historieta mexicana
Novela Gráfica El Periquillo Sarmiento Año de aparición: 1816. Autor: José Joaquín Fernández de Lizardi, el "Pensador Mexicano". Tema: Relata la vida de un criollo ingenioso llamado Pedro Sarmiento, retratando satíricamente el México de principios del siglo XIX. Formato: Fascículos.
Historietas de El Buen Tono Año de aparición: 1904. Autor: Juan Bautista Urrutia. Tema: Anuncia los productos de la fábrica de cigarros El Buen Tono. Formato: Series de historias donde cada plancha era autoconclusiva y sin secuencia. posteriormente Karmatron y los transformables , de la autoria de Oscar Gonzalez Loyo y Oscar Gonzalez Guerrero.



Factores tecnológicos que impactaron la historieta mexicana · La aparición de nuevas formas de diversión como videojuegos. · La creciente oferta televisiva y la accesibilidad para ver cine en casa. · Las computadoras personales y la Internet.
Factores sociales que impactaron la historieta mexicana · La historieta dejó de cautivar a las nuevas generaciones debido a que los temas ya no reflejaban a la sociedad actual. Se rompió el vínculo tan estrecho entre la vida del protagonista y el lector. · El precio de los productos impresos se ha incrementado. Durante los años 40, con un salario mínimo se podían comprar 500 revistas de historietas, mientras que en la actualidad sólo dos. · Cada vez existe más diversidad en la oferta de productos que expenden los puestos de revistas como mangas acompañados de videocassettes, cómics de importación, cd rooms,DVDs, audiolibros, revistas eróticas, pornográficas, etcétera. · Las situación económica de los historietistas se refleja en la calidad de su trabajo. Según las fuentes consultadas, continúan ganando alrededor de 100 pesos por cartón. · Los niveles de educación de la población han aumentando, modificando los hábitos y los pasatiempos de la familia tradicional.
"En 1975, Editorial Vid vendía un total de cinco millones de ejemplares de historietas a la semana, mientras que ahora vende sólo cuatro millones al año" Manelick de la Parra, Presidente del Grupo Editorial Vid.
"Las historietas han sido desplazadas por la TV, la Internet, los videojuegos, las películas, etcétera, ahora ya hay otras formas de divertirse" Rubén Lara, dibujante
"El material para hacer historieta no se va a acabar nunca.




Gracias a José Antonio Olvera y Humberto Tapia por su colaboracion para este articulo.




Y ustedes que opinan del comic mexicano y cual es su favorito?




Hasta Pronto Marvelites..
Buen fin de semana!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

esta muy escondido este post


porque lo pusieron hasta aca?
se supone que los nuevos salen en las paginas mas actualizadas, pero eso no le quita al articulo su calidad , muy bien marveleadores