LA ERA IDEAL PARA SER SUPERHEROE...

Cine de acción, comedia, romance, thriller, gángster, western, peplum... Son varios los géneros existentes en el séptimo arte, y no sería de extrañarse si muy pronto se anexara uno más a la lista: el de los superhéroes.

La cartelera actual está atiborrada de los héroes con los que muchas generaciones crecieron, ahora más que nunca. 

Pero quizás todo inició en el lejano 1978 con la adaptación de Superman al cine, de la manos de Richard Donner.

No podría decirse que ahí se inauguró el género (aún no se puede hoy), pero Superman estableció muchas de las reglas con las que se juegan hasta hoy. 

En la época de los ochenta y noventa aparecieron varios héroes, unos con mayor éxito que otros, como Batman, He-Man, Spawn; pero aún no se podía hablar de una clase de cine rentable en taquilla. 

Es a partir del nuevo milenio que los superhéroes demostraron ser atractivos para el público, con el estreno de Spiderman (2002), que recaudó $407 681 000 solo en Estados Unidos.

Se había descubierto la gallina de los huevos de oro. Desde entonces se han sucedido con frenesí y descaro las trilogías de Spiderman, Blade, y X-Men, dípticos de los Cuatro Fantásticos, Batman y Hulk, solitarios como Superman, Daredevil, Punisher, Ghost Rider, Iron Man, Elektra... 

¿A qué se debe este rentable auge? Tres razones acuden como respuesta: primero, Stan Lee, el genio creador de Spiderman y X-Men, dijo que esta es la época ideal para los superhéroes por el increíble avance de la tecnología digital, la cual hace verosímil cualquier maroma y superpoder que se pueda imaginar; segundo, no es un secreto que a Hollywood se le acabaron las ideas originales y por último, la industria cinematográfica descubrió que es más fácil repletar las salas con personajes ya conocidos que penetrar con nuevos.

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